Entre el caos y la coreografía nace una historia de danza de salón que rompe con los roles prestablecidos de género y pone en valor las raíces multiétnicas y pluriculturales del tango.
La música empieza. Las ruedas de la bicicleta se elevan del suelo hacia el cielo. Con ellas todas las miradas, pequeñas y grandes, de todos los colores, que compartirán durante 40 minutos la ilusión de un mundo al revés, la carcajada y la tensión, la magia del circo.
